1.2.3.- Arquitectura de Protocolos.-
De
la década de los sesenta datan también los primeros estándares de arquitecturas de protocolos. Conviene tener presente que el intercambio de información entre ordenadores
tiene toda una serie de implicaciones, entre las que se encuentran las siguientes:
Definen aspectos eléctricos: los cables, los conectores, las señales, etc.
Definen la manera de agrupar los bits para formar paquetes y la de controlar que
no se produzcan errores de transmisión.
Definen la identificación de los ordenadores dentro de la red y la manera de
conseguir
que la
información que genera
un
ordenador llegue
a
quien
se
pretende.
Atacar todos estos aspectos de una manera global no es viable: demasiadas
cosas y demasiado diferentes entre
sí. Por
ello,
ya desde el
principio, se
desarrollaron modelos estructurados en niveles: en cada nivel se lleva a cabo una tarea y la cooperación
de todos los
niveles proporciona la conectividad deseada por los usuarios.
Conviene considerar que, en la época que nos ocupa, la informática estaba en manos
de muy pocos fabricantes e imperaba la filosofía del servicio integral: cada fabricante lo proporcionaba todo (ordenadores, cables, periféricos, sistema operativo y software). Por tanto, cuando una
empresa se quería informatizar,
elegía una marca y quedaba vinculada a la misma
para toda la vida.
Hablamos de empresas como IBM (International Business Machines) o DEC
(Digital Equipment Corporation). Cuando estas empresaas se propusieron ofrecer conectividad entre sus equipos,
local o remota, también lo hicieron aplicando la filosofía
de la separación por niveles: IBM desarrolló la
arquitectura SNA (system network arquitecture) y DEC, la DNA (DEC network arquitecture). Eran
dos
modelos completos, estructurados en
niveles, pero incompatibles entre sí, según la filosofía de la informática propietaria.
La Digitalización de
la
Red Telefónica.-
En este momento tenemos dos redes completamente independientes entre sí, pero de alguna manera superpuestas:
Una red analógica, con conmutación de circuitos, pensada para voz.
Una red digital, con conmutación de paquetes, pensada para datos.
La red telefónica, tal como la hemos descrito hasta ahora, es completamente analógica:
la señal electromagnética que viaja desde un teléfono hasta otro es analógica (varía
continuamente y en cualquier momento puede adoptar cualquier valor) y
los
circuitos
electrónicos que componen la red también lo son.
Los enlaces entre centrales de la red telefónica se llevaban a cabo con señales analógicas con muchos canales multiplexados en frecuencia y, en ocasiones, debían recorrer grandes distancias. La atenuación de la señal inherente a la distancia que era preciso recorrer debía corregirse
por medio de repetidores que la amplificaban, lo que aumentaba el ruido presente en la línea. A menudo, la señal recibida era de una calidad muy
baja porque la transmisión analógica no
permite
eliminar el ruido y las interferencias en la recepción. No hay manera de saber con exactitud qué se ha enviado desde el origen y qué es ruido añadido.
El descubrimiento
del
procesado digital de la señal, así como sus aplicaciones en los
campos del sonido y la imagen, ha constituido
un hito capital en el mundo de las
comunicaciones. Básicamente, ha permitido reducir drásticamente el efecto del ruido, lo que ha posibilitado, por
un lado, incrementar la calidad de recepción de las señales y, por el otro,
aumentar la velocidad de transmisión con los mismos medios.
La red digital de servicios integrados (RDSI):
Una
vez digitalizada la red telefónica, el paso siguiente debía ser llevar la transmisión
de bits hasta las casas. Ello permitía, por un lado, ofrecer a los usuarios
en
su casa la transmisión de datos además de la tradicional de voz y, por otro, ofrecer a los abonados
un abanico de nuevos
servicios asociados a una comunicación enteramente digital de extremo a extremo. Este servicio de transmisión digital por medio de la red telefónica se conoce como red digital de servicios
integrados (RDSI). Ofrece dos canales independientes de 64 kbps, que
permiten hablar y conectarse a Internet simultáneamente, o, con el hardware
adecuado,
aprovechar los dos canales juntos para navegar a 128 kbps.
La red digital de servicios integrados (RDSI) corresponde
a las siglas en inglés ISDN (Integrated Services Digital Network).
La Banda Ancha.
El
uso de la red telefónica para transmitir datos tiene una limitación importante
por lo que respecta al máximo de bits por segundo permitidos y las redes específicas de datos son muy caras para el uso doméstico. Desde la década de los noventa, se han estudiado maneras
de llevar hasta las casas o las empresas un buen caudal de bits por segundo (banda ancha) a un
precio razonable, de manera que las nuevas aplicaciones multimedia se puedan explotar
al máximo.
Para
conseguir
esta
banda ancha, se
han
seguido
dos
caminos
completamente diferentes:
Se han promovido cableados nuevos con fibra óptica que permitan este gran
caudal, con frecuencia
implementados
por empresas con
afán competidor contra los monopolios
dominantes.
Estas redes se aprovechan para
proporcionar un servicio integral: televisión, teléfono y datos.
Las
compañías telefónicas de toda
la vida
han
querido sacar
partido del
cableado que ya tienen hecho y, por ello, se han desarrollado
las tecnologías xDSL,
que permiten la
convivencia en el
bucle
de
abonado
de
la señal
telefónica y una señal de datos que puede llegar a los varios Mbps.
La Telefonía Móvil
La telefonía móvil, todo un fenómeno sociológico
de finales del siglo XX, ha vivido
una evolución fulgurante: en menos de veinte años, ha pasado de la nada a constituir una tecnología de uso diario para más de un 70% de la población.
Desde el punto de vista de sistema de comunicación,
debemos ver los móviles como una extensión de la red telefónica convencional.
El sistema GSM, que constituye
el
actual estándar europeo, permite el acceso a la red de voz, cambiando
el
bucle de abonado: en lugar de ser un cable, es un enlace radioeléctrico entre una antena y el móvil. Se trata, por tanto, de una red de conmutación
de circuitos y
se continúa fijando la tarifa
por tiempo de conexión.
El
estándar GPRS permite el transporte de bits, pagando por tráfico en lugar de por
tiempo. Por tanto, es aproximadamente el
clónico de las redes de datos con hilos.
El estándar UMTS permite transferencias del orden de megabits por segundo,
necesarias para disponer de aplicaciones multimedia en el móvil. Sin embargo, requiere nuevas antenas y terminales.
Los servicios asociados
con la tercera
generación proporcionan la posibilidad de
transferir tanto
voz y
datos (una llamada telefónica o una videollamada) y datos
no-voz (como la descarga de programas, intercambio de correos electrónicos, y mensajería instantánea).
Aunque esta tecnología estaba orientada a la telefonía móvil, desde hace unos
años las operadoras de telefonía móvil ofrecen servicios exclusivos de conexión a Internet mediante
módem USB, sin necesidad de adquirir un teléfono móvil, por lo que cualquier computadora
puede disponer de acceso a Internet. Existen otros dispositivos
como algunos ultraportátiles (netbooks) y tablets que incorporan el módem integrado en el propio equipo. En todos los casos requieren de una tarjeta SIM para su uso, aunque
el
uso del número de teléfono móvil asociado a la tarjeta para realizar o recibir llamadas pueda estar bloqueado
o estar asociado a
un número con contrato 3G.
En telecomunicaciones, 4G son
las
siglas
utilizadas para
referirse
a
la cuarta generación de tecnologías de telefonía móvil. Es la sucesora de las tecnologías 2G y 3G, y
que precede a la próxima generación, la 5G.
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